2. Orígenes e influencias, la llegada del género a Mallorca

Desde mediados de los años 80 comenzaron a emerger en la Costa Oeste norteamericana diversos grupos influenciados por el punk y el hardcore que introducen variaciones en sus composiciones, como disminuir la carga política de sus letras, darle más importancia a las melodías de voz o también en ocasiones mejorar la técnica de sus composiciones.

Sería a principios de los 90 cuando la escena californiana explotaría dando lugar a toda una sarta de bandas influenciadas por sonidos de Bad Religion y NOFX, y cuando se alcanzaría el máximo auge del género, asociándose ya en gran medida a los aficionados por el skateboard. Además en paralelo a la expansión del punk rock californiano otros subgéneros clasificados como alternativos alcanzaron un éxito similar, como fue el caso del grunge, con Nirvana como máximos representantes del estilo. En definitiva, aquellos primeros años de la década fueron muy significativos para los subgéneros derivados del punk, y en concreto 1994 fue el año en el que se concentraron algunos de los álbumes más representativos del género. Algunos de los discos clave que encenderían la mecha del punk rock a lo largo y ancho del planeta fueron el Smash de The Offspring, Punk in Drublic de NOFX, Stranger Than Fiction de Bad Religion y, cómo no, el que alcanzó mayor éxito comercial y que muchos consideran como un disco clave en la historia de la música popular, Dookie de Green Day. Pese a las críticas que todavía sigue recibiendo a día de hoy el Dookie por el gran éxito que consiguió, la realidad es que a muchos oídos no acostumbrados les sirvió -y sigue sirviendo- como una gran introducción al género.

En ese momento es cuando se escuchan en nuestro país los primeros discos de esa nueva ola de bandas californianas que se formaron pocos años antes, a través de canales de televisión de pago como la MTV -cuando todavía había música-. Chema Crespí (Unnamed, Gatlink) recordaba ese momento en el que vio por primera vez el videoclip de Basket Case: Martiricé a mis padres diciendo que se llamaban Green Day, solo sabía eso. Me compraron el Dookie en cassette y eso fue el detonante. Luego entraron Offspring, NOFX, etc.”

Otros en cambio comenzaron a introducirse a través de Nirvana, como Daniel Amorós, que años después formaría Take it Easy: “Más tarde empezamos a escuchar grupos de hardcore melódico, y en concreto fue Felip [guitarrista de Take it Easy] el que nos dio a conocer a NOFX, el grupo con el que crecimos. Luego empezamos a hacer versiones de Propagandhi”.

Alrededor del patín también se encontraron muchos seguidores del punk rock y el hardcore melódico, como fue el caso de Javier Isern, quien descubrió a partir de 1994 gran parte del género a través de unos colegas suecos que le enseñaban la música que escuchaban mientras practicaban con el skateboard: “Empezamos a escuchar grupos grunge y punk pero vestíamos al estilo un poco más norteamericano, y ya estábamos influenciados por 1000 grupos americanos, se nos veía distintos: punkis-pijos, punkis-patín, ya formábamos parte de la escena”. Luego comenzaron a identificar a otros compañeros en conciertos en Barcelona a finales de los 90, como Jaume (Flying Dog, Bikeage y actualmente al frente del bar Atomic Garden), considerado uno de los primeros “hardcoreta con patín” de la isla. Tan fuerte llegó a ser el vínculo entre el skate y el punk rock que más tarde hasta algunos videojuegos fomentaron la difusión de la música, como el Tony Hawk’s Pro Skater (1999). Además era frecuente ver que llevar una camiseta de uno de estos grupos por la calle hacía que muchos desconocidos se saludasen, cuando todavía no contábamos con acceso a internet, excitados por encontrar a alguien con las mismas inquietudes. De ahí que muchos músicos se pusieran de acuerdo para juntarse y empezar a versionar e imitar a todos esos grupos que llevaban rotulados en su ropa.

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