Todavía sin una escena consolidada en la isla, coincidieron a finales de los 90 en el Arenal un grupo de amigos que se tomaron el punk rock más en serio que nadie en Mallorca. Atraídos por los ritmos que acompañaban los videos de skateboard y fascinados por el espíritu de Nirvana, Dani, Marcos y Edy comenzaron a ensayar debajo de una tienda de ropa para niños. A lo largo de todo el proceso de documentación de este trabajo, casi todas las personas a las que he entrevistado citan a No Children no solo como embajadores internacionales del “Mallorca Punk Rock” por haber logrado la mayor colección de hitos del género fuera de la isla, si no como influencia musical para las siguientes generaciones locales al mismo nivel que bandas como No Use For a Name, Millencolin o Lagwagon.
Confieso que la entrevista con Edy Pons, bajista de No Children, ha sido la más emotiva de todas las que he realizado sobre la escena. Hoy recuerda aquellos años dedicados casi en exclusiva a No Children con un cariño inédito en el resto de músicos, y es que por su propia forma de ser seguramente fue la persona que más apostó por el grupo desde el principio, transmitiendo los principios de trabajo, esfuerzo, constancia y disciplina, que se mantuvieron de forma constante a lo largo de los años: “Si algo nos ha caracterizado a Spank Thru, Cool Dust [nombres anteriores] o No Children es que éramos un grupo muy ambicioso, siempre nos poníamos una meta que teníamos que cumplir sí o sí. Empezamos dando nuestros conciertos en nuestro local de ensayo del Arenal, luego pensamos ir a Palma hasta que conseguimos ir. Al principio no venía ni Dios a vernos, tocamos muchas veces en Fraguel delante de muy poca gente pero seguíamos con ganas de mejorar”.
Por aquel entonces todavía eran un power trio, imitando la formación de grupos como Green Day, aunque en alguna ocasión organizaban jam sessions debajo de la tienda de los padres de Marcos Escoriza, en las que se solía unir un chico que no pasaba desapercibido para los demás: “No había ido a clases y tocaba mejor que todos nosotros, había aprendido solo en casa con una guitarra española con 3 cuerdas y ya se sabía todos los solos de Nirvana. Pero no podía entrar en el grupo, ¡éramos un power trío!”. Ese virtuoso guitarrista con 14 años era Dimas, quien se uniría años más tarde a No Children.
La incorporación de Salat
En poco tiempo No Children pasó a tener 4 componentes casi de forma accidental. Aunque en en aquellas jam sessions comenzaron a plantearse la necesidad de abrir un hueco a un segundo guitarrista, todo surgió un día en el que Edy y Dani estaban mosqueados con Marcos, y vieron en la tienda de discos Runaway un anuncio en el que se ofrecía un guitarrista con influencias de Offspring, Pennywise y Bad Religion que quería tocar en un grupo. En un principio pensaron en llamarle para sustituir a Marcos y escarmentarle, pero tras solucionar sus conflictos decidieron llamar a ese chico, Jaume Salat, para hacerle una prueba. “Le preguntábamos mucho por el equipo que tenía, estábamos obsesionados porque nosotros nos habíamos gastado bastante dinero en amplificadores Marshall. […] Años más tarde nos confesó que vino a la prueba un poco asustado porque era de Montuïri [un pueblo pequeño], el Arenal le sonaba a zona chunga, y le habíamos hecho tantas preguntas sobre su guitarra, una Gibson SG, que estaba asustado porque pensaba que se la queríamos robar”. Con su look formal y sus pantalones de pana Jaume se defendió con la guitarra ante unos jóvenes No Children que ya lucían pelos decolorados y numerosos piercings. Pero daba igual eso, tan igual como que dejarían de ser un power trío como eran sus ídolos, si el objetivo era sonar mejor e ir subiendo escalones, lo que necesitaban era incorporar a otra músico: Salat estaba dentro.
Los primeros escalones
Tras varios años de ensayos y conciertos, llegó el momento de grabar los 5 primeros temas ante los que presentarse al mundo. Del Katherine J. Cocks en el año 2000 se hicieron 1500 copias y es hoy en día objeto de deseo de muchos coleccionistas, hasta el punto de haber aparecido una de ellas a la venta por internet desde Japón a 250 dólares. Grabada por Madze en Sonic Temple y mezclada por Toni Pastor, los 5 cortes de Katherine J. Cocks muestran a los No Children más adolescentes -hasta en la voz se nota-, naturales y espontáneos. Muchos músicos de la escena mallorquina citan ese trabajo como una referencia del punk rock isleño, no por ser los primeros en publicar una grabación ya que fueron Take it Easy, si no porque de alguna manera llegó en un momento perfecto para encajar con un público receptivo a ese estilo de música.
A la vez se sucedieron numerosos conciertos y giras por la Península en los que algunos promotores ya veían el potencial del grupo, hasta el punto de que en el año 2001 ya estaban acompañando al grupo Undeclinable en su gira española. Las metas se iban cumpliendo, y con la ayuda del primer premio del Art Jove pudieron grabar su primer álbum, Never Look Back, con Pablo Ochando a los mandos de la grabación. “Grabamos unas demos con Madze, se las llevamos a Pablo Ochando y nos dijo que teníamos que aprender a tocar. En realidad es que nunca habíamos usado un metrónomo, ¡cuadrar eso era complicadísimo! En el local de ensayo le dábamos vueltas y vueltas y los temas no sonaban igual, no estábamos muy convencidos de tener que usarlo. Pero al final Pablo Ochando tiene mucha culpa de que No Children empezásemos a sonar como un reloj, trabajar con él nos exigía mucho esfuerzo”.
El sueño de salir a girar por Europa se hizo realidad y el Never Look Back les abrió las puertas para dar 50 conciertos en 7 países durante el año 2003. No Children estaba en un buen momento y no podía parar, pero lo mejor todavía estaba por llegar, el punk rock mallorquín llegaba a Estados Unidos en forma de gira de 6 semanas en febrero y marzo de 2004. Miles de kilómetros y escasas horas de sueño marcaron la gira de la que todos los medios mallorquines se hicieron eco. Pese a estar haciendo lo que les gustaba, las duras y largas jornadas junto a la banda de screamo Chiodos suponían un contacto con la realidad que acabaron digiriendo como aprendizaje. “Fueron un ejemplo para nosotros. Eran más jóvenes que nosotros, hacían la gira en un autobús escolar típico amarillo americano. Nos dejaban todo su equipo y nosotros solo íbamos con nuestros instrumentos en un monovolumen. […] Los chavales iban sin un duro, todo lo que sacaban en un concierto era para pagar la gasolina para el siguiente concierto. Nosotros teníamos algo de dinero ahorrado y no pasamos hambre, pero ellos iban a los McDonalds a coger sobras, no tenían otra opción”.
Detrás de la gira estuvo Search and Rescue Records, un sello pequeño cuyo sistema de trabajo era organizar 3 giras a las bandas jóvenes y transferirlos después a una gran discográfica. El mecanismo parecía funcionar, al parecer todas las bandas que hicieron esas 3 giras triunfaron. El entusiasmo de Edy no podía ser mayor: “yo volví con las pilas muy cargadas, pensaba que si había que pedir un préstamo para volver a EEUU lo pedíamos, ¡en dos giras más podíamos triunfar!”.
Justo en el momento en el que No Children estaban lanzados, en el año 2005, Jaume dejó la banda, pues la exigencia del grupo era incompatible con su vida. A la semana siguiente Dimas, aquel talentoso guitarrista que se sabía de memoria todos los solos de Nirvana, ya estaba tocando con No Children. El préstamo, en lugar de invertirse en EEUU, se invirtió en grabar el segundo álbum, Reality. El disco mantenía la esencia de No Children pero había relajado los ritmos y el tempo en sus composiciones. Al público al principio le costó aceptarlo, y más todavía en el momento en el que el grupo empieza a sonar en los 40 principales. Ellos optaron por aprovechar el momento y siguieron sumando seguidores, tocando en escenarios más grandes y en mejores condiciones, pero el hecho de sonar en una radio comercial no era una situación del todo cómoda. Para rebajar tensiones ellos mismos satirizaban: “¿y lo siguiente qué? ¿tocar con Abril Lavigne?”. Dicho y hecho, un buen día recibieron una llamada que al principio rechazaron pensando que era un amigo gastando una broma, pero en realidad aquello no tenía ninguna gracia, la oferta de tocar en el Palau Sant Jordi para telonear a Avril Lavigne era irrechazable. A partir de ese momento el fenómeno fan llegó al grupo a través de autógrafos, club de fans, retratos, cartas, etc.
La estrategia original de No Children en pocos meses estaba cambiando y en lugar de viajar a EEUU se dedicaron a trabajar en el mercado español. Además, con la digitalización de los estudios de grabación empezaron a cambiar su forma de componer y ya no dedicaban sus horas a tocar en el local, ahora se juntaban en torno a un ordenador sin la presión de estar durante 3 semanas en un estudio, así que tenían todo el tiempo y libertad para cambiar las canciones. El tercer disco de No Children estaba de camino, mucho más elaborado que los anteriores gracias al acceso que tenían a grabarse ellos mismos los temas, pero por causas del destino el disco duro en el que guardaban las grabaciones se estropeó y se perdió todo el trabajo. Todas las horas invertidas en el estudio casero se habían borrado, y tantas horas llevaban trabajando que decidieron no volver a grabar esos temas para así grabar otro disco con canciones nuevas. La situación seguía torciéndose, el disco nuevo no les convencía, había demasiados contrastes entre canciones más melódicas y otras más metaleras, canciones en castellano y canciones en inglés. Ahora ese disco está cogiendo polvo en un cajón o en un disco duro. La discografía de No Children en 2009 constaba de un EP, dos discos, un disco perdido en un disco duro, y un disco metido en un cajón. Es comprensible que para entonces algunos comenzasen a desilusionarse o a desesperarse, sobre todo si todo el esfuerzo que habían dedicado los últimos meses no les daba ningún avance como banda.
Souls on fire y la recta final
Año 2010, cambio de aires para No Children. Después de varios años de experimentos, el grupo por fin da un paso al frente y asume su evolución: Dimas coge la batuta de la composición de los temas, con el soporte y el consenso de la banda, y llega el tercer álbum, Souls on fire, un disco completamente alejado del punk rock y centrado en el metal. Muchos de los seguidores de base de No Children no entendían el cambio: “Todo lo que habíamos construido alrededor de No Children lo dejamos un poco de lado con motivos porque estábamos trabajando en otras cosas, pero cuando afrontamos el disco nuevo no nos pilló con la fuerza de antes. Con ese disco ganamos muchos seguidores músicos de otras bandas porque apreciaban nuestra parte técnica, pero perdimos seguidores originales. Quizás jugamos mal las cartas y habría sido mejor haber publicado el disco que no vio la luz con No Children porque aunque fuera raro estábamos llenos de energía y, en cambio, publicar el último disco a través de un proyecto paralelo firmándolo como Souls on Fire y no como No Children“.
La mala suerte con las grabaciones, la baja de Salat en el mejor momento de la banda, las promesas de sellos y productores que no llegaron a materializarse, la escena punk rock que se estaba apagando, la llegada de la crisis económica y, en definitiva, la dificultad de sobrevivir en un mundo tan competitivo como la música, acabó forzando el fin de la banda que representó la bandera del Mallorca Punk Rock por todo el mundo. Esta fue su carta de despedida:
“22 de diciembre de 2011
A los que siempre estuvieron ahí….
No tengo muy claro cuánto tiempo ha pasado, nunca he sido demasiado bueno con las fechas, pero estoy seguro que han sido más de 10 y creo que menos de 15 años, casi media vida. De lo que estoy 100% seguro y tengo realmente claro es que ha sido lo mejor que he hecho en mi vida y probablemente de lo que más orgulloso estoy.
Pero nada es para siempre, y ha llegado el momento de pasar a otras cosas.
Con este escrito (soy incapaz de plasmar las miles de cosas que se me pasan por la cabeza) quiero dar las gracias a las cientos de personas que han hecho posible esto, desde los familiares y amigos más cercanos por ese soporte y apoyo incondicional, a las bandas con las que hemos compartido escenarios, promotores que han querido contar con nosotros, sellos, sponsors / colaboradores que creyeron en nuestro proyecto y sobretodo a la gente que nos ha transmitido energía y fuerza asistiendo a nuestros conciertos…
A todos vosotros os debemos lo que somos ahora.
Gracias a todos y hasta siempre.
No Children”