Mientras Take it Easy y No Children se posicionaban a la vanguardia del punk rock en Mallorca, otros grupos emergentes comenzaban a moverse por la isla para dar a conocer sus canciones. Identificamos los principales focos de movimiento a partir de 5 ejes territoriales: Andratx, Cala Rajada, Alcudia/Pollença, Llucmajor y Palma.
Algunos de los grupos ni siquiera eran conscientes de que empezaba a crearse un circuito musical afín a su estilo. Fue el caso de The Little Kiss, que comenzaron a finales de los 90 en Andratx, donde los grupos del pueblo por aquel entonces únicamente tenían vocación local, como bien recuerda Biel Miñana: “Los grupos que había en Andratx eran mayores que nosotros y nunca habían salido a tocar ni siquiera a Palma. Para nosotros Palma era una gran frontera, y al cabo de un año conseguimos ir a tocar a la Sala Sonar”. Tras ese primer contacto con el “mundo exterior”, Biel, Jordi y Carlos comenzaron a conocer a músicos de otras bandas más allá de Andratx, como Limit o No One Else. Finalmente fue en un concierto en el insalubre bar Fraguel Rock de la Plaza Gomila donde The Little Kiss se encontraron de frente toda la “movida” que se estaba gestando: “Ese día en Fraguel descubrimos un poco todo, había mucha gente pero casi todos eran de Palma. Nos quedamos sorprendidos porque desconocíamos a grupos como No Children, Thrash Out, One Foot,… fue alucinante. Seguimos yendo al Fraguel a ver conciertos y empezamos a conocer a más grupos y a más gente, como a Chema [Crespí] de Gatlink.”.
Las palabras de Biel transmiten con naturalidad cómo de repente esas noches les abrieron una puerta a conocer a personas con los mismos gustos e inquietudes que ellos, pero con una pequeña diferencia: “Nosotros éramos chicos de pueblo, íbamos con camisetas normales y vimos como se vestía todo el mundo, con esa estética punk“. Más allá de la inocencia con la que Biel vivió esos momentos de conciencia de la realidad de la escena, ya existían todos los ingredientes para considerar el estilo definido y consolidado, en el momento en el que hasta se podían distinguir unas tendencias estéticas que te identificaban. Camiseta oscura, bermudas, cartera con cadena, cinturón de pinchos, zapatillas de lona y gorra trucker; estaba claro, te gustaba el punk rock.
Los comienzos de One Foot, en Cala Rajada, también fueron muy naturales: “nosotros simplemente nos hicimos un grupo porque vimos que Take it Easy tenían un grupo y nosotros también queríamos tocar. Al principio no teníamos cantante, estuvo una chica que duró dos semanas y empapelamos Cala Rajada con carteles buscando a alguien”. De la misma manera que finalmente Toni Melis se descubría a sí mismo como vocalista de la formación, poco a poco One Foot conoció gran parte de las salas y pueblos de Mallorca de la mano de Síndrome de Abstinencia, más en particular de Marcos “Papa”, dueño del sello Síndrome Discos. Su caso además es curioso porque compartieron muchos escenarios, a pesar de tener públicos particularmente distintos. Entre la labor de Marcos, que se esforzaba moviendo a los grupos de Cala Rajada para que tuvieran algún tipo de reconocimiento, y el propio trabajo de One Foot, en pocos años se vieron ganando el concurso Art Jove en 2004 y el Musicnauta en 2005, grabando dos discos y abriendo conciertos para grupos tan variopintos como Anti-Flag, Less Than Jake, Celtas Cortos, Seguridad Social y M-Clan. Todo ello y a pesar de las críticas que recibieron, siendo fieles al hardcore melódico.
Llucmajor seguramente fue el municipio que más grupos de punk rock concentró en toda la isla (y me atrevería a decir que en toda España). Desde finales de los 90 el Ayuntamiento organizaba el Llucmarock, una iniciativa que recogía una muestra de grupos de Llucmajor en un festival que poco a poco fue expandiéndose, hasta el punto de llegar a ser para algunos un incentivo para seguir tocando, como era el caso de Jaume (Peechers): “Ensayabas todo el año para tocar en el Llucmarock, hacías un par de conceirtos más en Fraguel y en algún local más, pero al final lo bonito era tocar ahí. Yo creo que el Llucmarock ayudó a que salieran muchos grupos”. Jaume además de ayudar a organizar el Llucmarock y liderar Peechers, desde el año 2003 utilizó un antiguo molino familiar para invitar a grupos de toda la isla a tocar una vez al año. El DIY reinaba en aquellas fiestas en las que solo el boca a boca llegó a reunir a 11 o 12 grupos que tocaban y convocaban a decenas de personas. El movimiento estaba vivo y cualquiera podía unirse.
Del Llucmarock además se conservan varios discos recopilatorios con canciones y videos que grababan los grupos a propósito del festival. No era un evento que se quedaba en el pueblo, si no que también atraía a gente de toda la isla. Con semejantes grupos no es de extrañar que Toni Melis y los suyos llegasen a ir en taxi desde Cala Rajada a Llucmajor, aunque la distancia fuera de casi 70 km.
Si bien identificamos los focos territoriales que reunían los principales grupos de la isla en distintos pueblos, era en Palma era donde se concentraba la mayor actividad de la escena, más concretamente en la Plaza Gomila, núcleo histórico de ocio “mainstream” nocturno, el cual poco a poco fue dando paso a una zona alternativa, donde podías ver una auténtica fauna heterogénea de estilos, desde las melenas más heavys hasta los mayores seguidores de la música latina. De cara al movimiento punk rock, la Plaza Gomila, sus bares, y sus oscuras calles aledañas se convertían en ocasiones en improvisados despachos donde unos hacían los contactos con promotores, otros iniciaban relaciones con otras bandas e incluso con sus seguidores. Al fin y al cabo un escenario común donde interactuaban semana tras semana todos los actores de la escena: músicos, promotores y público.