Dado que en esta investigación se ha profundizado en distintos aspectos que confeccionaron la escena, considero necesario dedicar un espacio de reflexión sobre la presencia de la mujer en la escena punk rock mallorquina.
Sin conocer la realidad de las cuotas de género en la industria musical, la percepción es que sí que es frecuente encontrar presencia femenina en diversos ámbitos desde los sellos hasta los medios de comunicación. En cambio, cuando es más evidente la influencia predominante masculina es sobre los escenarios, donde rara vez veremos a una mujer tocando un instrumento en una banda. La visibilidad de la mujer se reduce principalmente a ejercer de vocalista, para colmo acompañada únicamente de varones en su banda.
Si entendemos entonces que ya de por sí la música pertenece a un mundo muy masculinizado y particularmente machista en su actitud hacia las artistas, a medida que nos adentramos en distintos géneros y variantes underground como la que protagoniza todo este reportaje, menos presencia masculina veremos sobre los escenarios. Cuando nos fijamos en las influencias externas, en los grupos de música referentes norteamericanos y europeos es prácticamente imposible encontrar a una sola mujer, más allá de las que protagonizan las letras de las canciones de amores adolescentes. En cambio, si centramos el punto de mira en la escena mallorquina, sí que podemos encontrar algún grupo con presencia femenina: Nosebone y One Foot tuvieron vocalista femenino en sus orígenes, The Oppsids tuvieron 2, en Lack of Blame cantaba Julia y Laia era bajista y violinista y actualmente Theverlong es el único grupo que sigue en activo con una chica en la formación. Solo un grupo estaba formado íntegramente por chicas: Upside Down, 4 amigas de apenas 16 años que decidieron dar un paso al frente. De Upside Down sabemos que ensayaron durante poco tiempo y que se conserva poco material, pero aun así fueron pioneras.
Hasta ahora hablábamos de la presencia de la mujer en los escenarios, pero al comentar con algunos músicos este tema también recordaban que gran parte de la fuerza de la escena era porque había público femenino que se movía y apoyaba a los grupos. Esta peculiaridad, cuentan los músicos, no se producía antes ni actualmente en otras escenas minoritarias donde normalmente hay escasa presencia femenina entre el público, ocurría singularmente en la escena punk rock.